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TENDINITIS DEL PSOAS ILIACO

 

 

TENDINITIS DEL PSOAS ILIACO

 

El músculo psoas está implicado en varias regiones del cuerpo: los lumbares, la pelvis y la cadera. Es por ello que está expuesto a sufrir de tensiones excesivas en su punto tendinoso de inserción, originando la Tendinitis del psoas. La inflamación del tendón del psoas ocasiona dolor inguinal que desmejora el movimiento de la cadera y afecta la realización de ciertas actividades, especialmente las deportivas. Aquí conocerás todo acerca de esta tendinopatía:

¿Qué es la Tendinitis del psoas?

El término tendinitis está constituido por las palabras en latín tendo=tendón y la palabra itis=inflamación, lo que indica que se trata de una inflamación del tendón. Por lo tanto, la tendinitis del psoas, implica la inflamación del tendón del músculo psoas, la también conocida como psoítis no aparece tan frecuentemente por lo que es pasada por alto cuando existe dolor de cadera o ingle.

Psoas: anatomía, ubicación y función

El músculo psoas forma parte de los músculos internos de la cadera y aunque nos referimos a él simplemente como un solo músculo, esta estructura está compuesta principalmente por el psoas mayor y el músculo ilíaco y, en algunas personas, también se relaciona con el psoas menor. Todos ellos en conjunto se extienden desde los procesos transversales de la columna lumbar y la fosa ilíaca, hasta culminar en el trocánter menor del fémur. Así es como se distribuye el flexor más fuerte de la articulación de la cadera. También es responsable de la rotación externa del muslo.

anatomía del músculo psoas

Incidencia y prevalencia de la Tendinitis del psoas

No está del todo establecida la incidencia y prevalencia de esta tendinopatía en la población en general. Sin embargo, variedad de estudios epidemiológicos en deportistas, han reportado que los jóvenes atletas (principalmente del género femenino) están en mayor riesgo de padecerla. Si bien el dolor de cadera es muy frecuente después de los 60 años, esta afección pocas veces ha sido relacionada a su origen.

Síntomas y signos

Teniendo en cuenta las áreas de origen e inserción del músculo psoas, es comprensible que una alteración del mismo pueda ocasionar lumbalgia, dolor en la parte delantera de la cadera y dolor de ingle, siendo este último el más característico de la afección, ya que en esta región se encuentra el punto de inserción del tendón inflamado.

Inicialmente, los pacientes afectados experimentan dolor inguinal solo en relación con las actividades que irritan al tendón, y los síntomas desaparecen tan pronto como se detienen dichas actividades.

Ciertas actividades deportivas como correr o pedalear frecuentemente desencadenan dolencias en el medio de la ingle, que en algunos casos termina irradiando hacia la parte delantera del muslo y hasta la rodilla. Sin embargo, al empeorar la tendinopatía, estas dolencias también aparecen en reposo. Además, algunas veces la persona afectada puede sentir una especie de chasquido en la cadera o la ingle durante las actividades que involucren flexión de cadera.

Causas

A menudo esta lesión tendinosa se desarrolla producto de una sobrecarga de los músculos flexores de cadera, principalmente del psoas. Por lo que no es raro que esta afección se presente en las personas que ejercen mucha presión sobre sus caderas y que realizan flexiones repetitivas de la cadera, como los bailarines, atletas y jugadores de fútbol.

Se desarrolla producto de una sobrecarga de los músculos flexores de cadera, principalmente del psoas.

Además, también puede darse como resultado de un bloqueo de los cuerpos vertebrales en el área de la columna torácica inferior y la columna lumbar (puntos de origen del músculo psoas). Esta situación provoca una tensión de defensa refleja en el músculo, que puede provocar que el mismo traccione de más su punto de inserción tendinoso distal. Otros factores causales que favorecen su aparición son: la mala alineación corporal y el calzado inadecuado.

Prevención de la Tendinitis del psoas

Si tenemos en cuenta que la aparición de la tendinopatía del psoas ilíaco se debe a los movimientos incorrectos y a la sobrecarga de este músculo. La mejor manera de prevenir esta afección es mediante la incentivación del movimiento adecuado de la región lumbopélvica, para ello recomendamos:

  • Integrar en tu rutina de entrenamiento un programa intensivo de acondicionamiento previo a la realización de alguna actividad deportiva.

  • En caso de ser deportista profesional, se recomienda interrumpir las sesiones de entrenamiento intensivo con descansos e incorporar días de descanso en su programa de entrenamiento.

  • Mantener la salud y la flexibilidad del músculo psoas ilíaco con ayuda de ejercicios de estiramientos.

Diagnóstico diferencial

El dolor inguinal asociado a esta tendinopatía puede ser provocados por otras entidades patológicas desarrolladas en la cadera, algunos de los diagnósticos diferenciales de esta afección son:

  • Osteoartritis de cadera.

  • Problemas inflamatorios como la bursitis.

  • Disfunciones y lesiones viscerales (prostatitis, apendicitis, diverticulitis, nefrolitiasis y cáncer de colon).

  • Pinzamiento femoroacetabular.

  • Lesión del labrum.

Otros diagnósticos que refieren los síntomas de la tendinopatía del psoas son una hernia de disco o un síndrome compartimental  (compresión del nervio femoral).  Sin embargo, estos últimos están asociados con trastornos de sensibilidad en la ingle, por lo que pueden ser identificados en la mayoría de los casos.

Diagnostico

Generalmente se puede sospechar de este diagnóstico por lo síntomas que refiere el paciente, pero teniendo en cuenta que son varias las enfermedades que puede ocasionar dolor inguinal, es necesario tener en cuenta los diagnósticos diferenciales durante la valoración. Para dar con el diagnostico de esta afección el médico o fisioterapeuta lleva a cabo una exploración física del paciente, que incluye la palpación de la región inguinal (resulta dolorosa), la valoración de la amplitud articular (movimientos de flexión reducidos por dolor) y la fuerza de los músculos de la cadera. Además, lleva a cabo pruebas de provocación como la prueba de Ludloff, la cual consiste en la flexión de la cadera con la rodilla extendida y el paciente acostado, si esta acción ocasiona un dolor profundo en la ingle es indicativo que la inserción tendinosa del músculo en el trocánter menor se ve afectada (signo positivo de Ludloff).

Pruebas adicionales

Si bien el examen físico resulta ser suficiente para detectar una psoítis, la única manera de determinar la magnitud del daño tendinoso es mediante las pruebas de imagen. Inicialmente se lleva a cabo una ecografía en la zona, este estudio permite observa el estado del tendón. Además, se indican estudios como la resonancia magnética y la tomografía computarizada, no sólo para valorar el punto de inserción de flexor de cadera, sino también para descartar que exista otra lesión adyacente que ocasione síntomas similares a psoítis (diagnóstico diferencial).

Tratamiento médico

El médico indica al paciente inicialmente el reposo deportivo y la reducción de actividades que ocasionen estrés en la cadera, así como también el uso de hielo sobre la zona dolorosa y de medicamentos analgesicos y desinflamatorios.  Después de que el dolor haya disminuido en gran medida, el médico indica fisioterapia para el entrenamiento del movimiento mediante ejercicios especiales de estiramiento y fortalecimiento. Si los síntomas persisten, el médico puede administrar una inyección de cortisona en las adyacencias del tendón que se encuentra en la base del muslo.

¿Cómo es la cirugía en caso de tendinitis del psoas?

El tratamiento quirúrgico siempre es una opción, sin embargo, no es frecuentemente usado y los resultados positivos obtenidos no superan los obtenidos con el tratamiento conservador. Resultando un abordaje terapéutico solamente usado en los casos que se evidencie una importante degeneración tisular o en aquellos que los síntomas persistan por mucho tiempo o sean intermitentes. La cirugía para resolver esta afección consiste en el alargamiento artroscópico del tendón para aliviarlo, y en la liberación parcial o total de la inserción del psoas, mediante artroscopia o cirugía mínimamente invasiva guiada por ecografía.

Tratamiento de Fisioterapia para la Tendinitis del psoas

Un componente terapéutico importante para la curación de este tipo de lesiones es la fisioterapia. Ya que, en cualquier etapa de la afección, ofrece alivio notable del dolor en la ingle e impide que el tendón siga deteriorándose, reduciendo el riesgo de que ocurra un desgarro del mismo a largo plazo. Inicialmente las intervenciones fisioterapéuticas estarán enfocadas en la analgesia del dolor y la reducción de la inflamación, para ello trata los factores causales que promueven la irritación del punto de inserción del psoas. En la fase inicial el fisioterapeuta hace uso de variedad de técnicas y herramientas terapéuticas tales como.

  • Crioterapia.

  • Educación postural.

  • Ultrasonido.

  • Electroanalgesia.

  • Terapia de ondas de choque.

  • Relajación miofascial.

  • Manipulaciones articulares no sólo en la cadera sino también de la columna vertebral.

  • Ejercicio de baja resistencia en el rango de movimiento no doloroso.

Después de completar esta fase, el dolor agudo y la inflamación ya no están presentes, por lo que el fisioterapeuta lleva el tratamiento a la siguiente fase, que consiste en la dosificación de ejercicio activo, ejercicios de estiramiento (principalmente del psoas ilíaco) y fortalecimiento correctos y adecuados para el paciente en este momento. En el caso de pacientes deportistas, los ejercicios de fuerza y resistencia pueden ser dosificados más rápidamente, además se revisa el gesto deportivo en la disciplina que practica y se modifica en base a las alteraciones encontradas por el fisioterapeuta deportivo.

Pronóstico 

El pronóstico de esta lesión del psoas es variable, cada persona es diferente, por lo que su anatomía también lo es. Además, teniendo en cuenta todos tienen un «umbral» diferente, por lo que cada cuerpo puede soportar niveles de estrés y sobrecarga distintos. En consecuencia, la duración de la curación es variable en cada caso.
Si el problema tendinoso se ignoró anteriormente y se prolongó durante un período de tiempo más largo, o si la persona afectada no ha seguido de manera constante las medidas terapéuticas necesarias y, por ejemplo, ha continuado con su estilo de vida estresante (trabajo, deporte) o no ha realizado ningún ejercicio de estiramiento, el proceso de curación puede llevar mucho más de 6-8 semanas. Incluso si estas acciones se mantienen por mucho tiempo, estos períodos pueden alargarse y las opciones de tratamiento resultar infructuosas.

Debe darle a su cuerpo el tiempo necesario para recuperarse, si no puede ser que la tendinitis del psoas nunca sane por completo.

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