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LESION DE LA PATA DE GANSO
LESION DE LA PATA DE GANSO
¿Sabes qué es la pata de ganso y cuáles son sus causas y tratamiento? A pesar de que su nombre resulta un tanto extraño, se trata de una de las lesiones más frecuentes en runners y ciclistas.
No cabe duda de que correr aporta grandes beneficios para la salud, pero si deseamos que la práctica deportiva resulte más segura es necesario cuidar nuestras articulaciones.
Qué es la pata de ganso o bursitis anserina
En primer lugar, debes saber que se conoce también con el nombre de bursitis anserina o tenobursitis.
Consiste en una inflamación de los tendones que componen la pata de ganso, es decir, los músculos que van desde la cadera y terminan en la rodilla.
Quizá, te preguntes cómo saber si tienes esta lesión. Lo mejor y más seguro es optar por hacerte una ecografía o resonancia.
Causas de su aparición y tipos
Algunas de las posibles causas de esta patología son:
Someter a una gran tensión la articulación de las rodillas durante un tiempo continuo y prolongado. Si eres corredor de fondo seguro que te suena esta situación, ¿verdad?
El sobreentrenamiento. Recuerda respetar los periodos de descanso.
Mantener posturas incorrectas que alteran la biomecánica de la carrera. Por ello siempre se insiste en trabajar la técnica de carrera.
Golpes o traumatismos.
Es frecuente en mujeres con sobrepeso. Se debe a que sus caderas suelen ser más anchas que la de los hombres.
También puede darse por alteraciones en la pelvis y en la zona lumbar.
Podemos diferenciar entre dos tipos:
Pata de ganso superficial. Se sitúa en la cara interna de la rodilla.
Pata de ganso profunda. Formada por los tendones insercionales del músculo semimembranoso.
Síntomas
Las personas que sufren tendinitis de pata de ganso presentan dolor en la zona y tienen dificultad al contraer el músculo.
En su fase inicial puede que te permita correr y que solo te duela durante el calentamiento. Posteriormente, notarás una mejoría, pero las molestias volverán en cuanto termines el entrenamiento.
Otros síntomas frecuentes son: aparición de edema o molestias cuando presionamos levemente la parte del pliegue de la rodilla.
¿A qué tendones y músculos afecta?
El síndrome de la pata de ganso afecta a los tendones de los músculos:
semitendinoso. Músculo flexor de rodilla y extensor de cadera.
Recto interno o grácil. Es el que recorre la cara interna del muslo desde la cadera hasta la rodilla.
Sartorio. Se extiende por la zona exterior del hueso ilíaco hasta el interior de la tibia. Nos permite flexionar la rodilla y rotar la cadera.
Tratamiento del síndrome de la pata de ganso
Por último, veamos los tratamientos que se emplean con mayor frecuencia para reducir las molestias que causa esta afección tan común en corredores y cuáles son los ejercicios y estiramientos recomendados por los es
Automasaje
Masajear la zona puede ser un remedio útil para aliviar el dolor.
Agarra la rodilla con la mano y fricciona la piel de forma transversal. También, puedes hacer esta misma maniobra con un solo dedo por la parte más dolorosa.
Nunca apliques cremas para evitar que los dedos resbalen. En caso de que sientas que el dolor va en aumento, no repitas el automasaje.
Si tu inflamación se debe a una bursitis, ¡cuidado! Esta técnica podría empeorar la situación.
Ultrasonido
El ultrasonido consiste en unas ondas mecánicas que no podemos oír y que permiten aliviar la inflamación.
Al equipo se le aplica un gel específico que se encarga de transmitir energía.
Electroterapia
Se aplica electricidad al paciente mediante parches de electrodos. El tipo de corriente que el fisioterapeuta emplee dependerá de la patología y de los resultados que desee obtener.
Crioterapia o termoterapia
La crioterapia o termoterapia no es otra cosa que aplicar frío o calor en la zona lesionada. Lo ideal es que tu fisioterapeuta te recomiende qué acción es más acertada en tu caso.
Por otro lado, nunca debes poner frío después de haber realizado el automasaje.
Estiramientos
Los estiramientos pasivos, aquellos en los que el sujeto no ejerce presión, y ciertos ejercicios proporcionan una mejoría.
Te recomendamos los siguientes:
Rodamiento de foam roller. Siéntate con las piernas extendidas y coloca el rodillo bajo los isquiotibiliales. Ruédalo mientras te mantienes en equilibrio apoyando las palmas de las manos y los talones.
Estiramiento de isquiotibiales. Colócate sentado y estira hacia delante una pierna. La otra debe quedar recogida con la planta del pie tocando la rodilla. Manteniendo la espalda recta, intenta tocar la punta del pie con tus manos.
Mariposa. Es un estiramiento muy sencillo. Continuamos sentados sobre una esterilla. Une ambas plantas de los pies y coloca los codos sobre las rodillas para ejercer algo de presión.
Otras alternativas
Además de las opciones que hemos citado, puedes recurrir al vendaje neuromuscular o kinesiotaping. Este tipo de vendaje te ayudará a soportar el dolor. Eso sí, deberás saber cómo colocarlo de forma correcta.
Las rodilleras ortopédicas pueden ser de utilidad para inmovilizar la zona y proporcionar una mayor estabilidad.
La punción seca disminuye la irritación a través de las vías nerviosas. Si no tienes pánico a las agujas, puede ser una solución.
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