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SINDROME MIOFASCIAL DE TRAPECIOS
SINDROME MIOFASCIAL DE TRAPECIOS
El síndrome de dolor miofascial es un trastorno por dolor crónico. Con esta afección, la presión ejercida en los puntos sensibles de los músculos (puntos desencadenantes del dolor) provoca dolor en el músculo y, a veces, en partes del cuerpo que, aparentemente, no están conectadas. Esto se denomina «dolor diferido».
Por lo general, este síndrome se produce después de que un músculo se ha contraído de forma reiterada. Esto puede ser a causa de movimientos repetitivos en el trabajo o por algún pasatiempo o tensión muscular relativa al estrés.
Aunque casi todo el mundo haya sentido dolor por tensión muscular, la incomodidad asociada al síndrome de dolor miofascial persiste o empeora.
Síntomas
Los signos y síntomas del síndrome de dolor miofascial comprenden los siguientes:
Dolor muscular intenso y profundo
Dolor que persiste o empeora
Nudos de contracción en un músculo
Dificultad para dormir a causa del dolor
Causas
Después de una lesión o de un uso excesivo, pueden formarse partes sensibles de tensas fibras musculares. A estas partes sensibles se les da el nombre de «puntos dolorosos». El punto doloroso en el músculo puede provocar tensión y dolor en todo el músculo. Cuando este dolor persiste y empeora, los médicos le dan el nombre de «síndrome de dolor miofascial».
Factores de riesgo
Un estímulo, como la rigidez muscular, que activa los puntos desencadenantes del dolor en los músculos, provoca el síndrome de dolor miofascial. Los factores que pueden aumentar el riesgo de tener puntos desencadenantes del dolor en los músculos comprenden los siguientes:
Lesiones musculares. Una lesión muscular aguda o la tensión muscular continua pueden hacer que se formen puntos desencadenantes del dolor. Por ejemplo, un punto en un músculo tensionado o cerca de este puede convertirse en un punto desencadenante del dolor. Los movimientos repetitivos y una mala postura también pueden aumentar el riesgo.
Estrés o ansiedad. Las personas que presentan estrés y ansiedad frecuentes pueden tener más probabilidades de que se formen puntos desencadenantes del dolor en los músculos. Una teoría sostiene que estas personas pueden tener más posibilidades de apretar sus músculos, una tensión repetida que deja a los músculos sensibles a los puntos desencadenantes del dolor.
Complicaciones
Las complicaciones asociadas con el síndrome de dolor miofascial son las siguientes:
Problemas de sueño. Los signos y síntomas del síndrome de dolor miofascial pueden hacer que sea difícil dormir de noche. Es posible que te resulte complicado encontrar una posición cómoda para dormir. Y si te mueves de noche, es posible que toques un punto doloroso y te despiertes.
Fibromialgia. Algunas investigaciones indican que el síndrome de dolor miofascial puede evolucionar en fibromialgia en algunas personas. La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por el dolor generalizado. Se cree que el cerebro de las personas que padecen fibromialgia se vuelve más sensible a las señales de dolor con el paso del tiempo. Algunos médicos creen que el síndrome de dolor miofascial puede tener un papel preponderante en el comienzo del proceso.
Diagnóstico
Durante la exploración física, el médico puede aplicar presión suave con los dedos en la zona adolorida, para buscar los puntos de tensión. Ciertas formas de presión en el punto doloroso pueden provocar determinadas respuestas. Por ejemplo, es posible que sientas una contracción muscular.
El dolor muscular tiene muchas causas posibles. El ortopedista – traumatologo puede recomendar que te hagas otros análisis y procedimientos para descartar otras causas del dolor muscular.
Tratamiento
En los casos típicos, el tratamiento del síndrome de dolor miofascial comprende medicamentos, inyecciones en el punto desencadenante del dolor o fisioterapia. No existe evidencia concluyente en sustento del uso de un tratamiento antes que otro, pero el ejercicio se considera un componente importante de cualquier programa de tratamiento.
Medicamentos
Entre los medicamentos que se utilizan para el síndrome de dolor miofascial se encuentran los siguientes:
Analgésicos, desinflamatorios, relajantes musculares y/o antidepresivos
Terapia
El fisioterapeuta puede establecer un plan para ayudar a aliviar el dolor en función de los signos y síntomas que presentes. La fisioterapia para aliviar el síndrome de dolor miofascial puede comprender:
Estiramientos. El fisioterapeuta puede recomendarte ejercicios suaves de estiramiento para ayudar a aliviar el dolor del músculo afectado. Si sientes dolor en el punto desencadenante al estirar, el fisioterapeuta puede aplicarte una solución anestésica sobre la piel.
Entrenamiento postural. Mejorar la postura puede ayudar a aliviar el dolor miofascial, especialmente, en el cuello. Ejercitar y reforzar los músculos que rodean el punto desencadenante te ayudará a no exigir en exceso un determinado músculo.
Masajes. El fisioterapeuta puede masajear el músculo afectado para ayudar a reducir el dolor. El fisioterapeuta puede utilizar sus manos para masajear a lo largo del músculo o aplicar presión sobre zonas específicas del músculo para aliviar la tensión.
Calor. Aplicar calor por medio de una almohadilla o con una ducha caliente puede ayudar a aliviar la tensión muscular y a reducir el dolor.
Ecografía. Este tipo de tratamiento utiliza ondas sonoras para aumentar la circulación sanguínea y el calor moderado, lo que puede promover la curación de los músculos afectados por el síndrome de dolor miofascial.
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