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CODO DE TENISTA
El codo del tenista (epicondilitis lateral) es una afección dolorosa que ocurre cuando los tendones del codo se sobrecargan, frecuentemente por movimientos repetitivos de la muñeca y el brazo.
A pesar de su nombre, los atletas no son los únicos que desarrollan el codo del tenista. Las personas cuyo trabajo se caracteriza por movimientos que pueden conducir al codo del tenista incluyen a plomeros, pintores, carpinteros y carniceros.
El dolor del codo del tenista se manifiesta principalmente en el lugar donde los tendones de los músculos del antebrazo se unen a la protuberancia ósea en el exterior del codo. El dolor también se puede propagar al antebrazo y la muñeca.
El descanso y los analgésicos de venta libre frecuentemente ayudan a aliviar el codo del tenista. Si los tratamientos convencionales no ayudan o si los síntomas son incapacitantes, el médico puede sugerirte la cirugía.
Síntomas
El dolor asociado con el codo del tenista puede irradiarse desde el exterior del codo hacia el antebrazo y la muñeca. El dolor y la debilidad puede dificultar las siguientes tareas:
Dar la mano o sujetar un objeto
Girar la perilla de la puerta
Sostener una taza de café
Causas
El codo del tenista es una lesión muscular por uso excesivo y sobrecarga. La causa es la contracción repetida de los músculos del antebrazo que utilizas para extender y elevar tu mano y la muñeca. Los movimientos repetidos y el esfuerzo ejercido en los tejidos puede resultar en una serie de pequeños desgarros de los tendones que unen los músculos del antebrazo a la prominencia ósea en la parte exterior del codo.
Como el nombre lo sugiere, jugar al tenis, especialmente el uso repetido del golpe de revés sin técnica, es una de las posibles causas del codo del tenista. Sin embargo, muchos otros movimientos frecuentes pueden causar el codo del tenista, como por ejemplo:
Usar herramientas de plomero
Pintar
Atornillar y destornillar.
Cortar ingredientes para cocinar, especialmente la carne
Uso repetitivo del ratón de la computadora
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir codo de tenista incluyen:
Edad. Si bien el codo de tenista afecta a personas de todas las edades, es más frecuente en adultos entre los 30 y los 50 años.
Ocupación. Las personas cuyo trabajo implica movimientos repetitivos de la muñeca y del brazo tienen mayores probabilidades de padecer codo de tenista. Algunos ejemplos incluyen: plomeros, pintores, carpinteros, carniceros y cocineros.
Ciertos deportes. Participar en deportes de raqueta aumenta el riesgo de tener codo de tenista, en especial si tu técnica de golpe es deficiente.
Diagnóstico
Durante el examen físico, es posible que el médico te aplique presión en la parte afectada o te pida que pongas el codo, la muñeca y los dedos en diversas posiciones.
En muchos casos, tu historia clínica y el examen físico aportan al médico suficiente información para diagnosticar el codo de tenista. Pero si el médico considera que la causa de tus síntomas es otra, es posible que te sugiera tomar radiografías o hacer otras pruebas de diagnóstico por imágenes
Tratamiento
El codo de tenista con frecuencia mejora por sí solo. Pero si los medicamentos para el dolor de venta libre y otras medidas de autocuidados no ayudan, tu doctor quizás sugiera fisioterapia. Los casos graves de codo de tenista quizás requieran cirugía.
Terapia
Si los síntomas están relacionados con el tenis, el médico podría sugerir una evaluación por parte de expertos de tu técnica de tenis o los movimientos incluidos en las tareas que haces en tu trabajo para determinar las mejores medidas para reducir la tensión sobre el tejido lesionado.
Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios para estirar y fortalecer gradualmente los músculos, en particular los músculos de los antebrazos. Los ejercicios excéntricos, donde bajas tu muñeca muy lentamente luego de subirla, son particularmente útiles. Un dispositivo de inmovilización o un vendaje para el antebrazo podría reducir la tensión sobre el tejido lesionado.
Intervención quirúrgica u otros procedimientos
Cirugía. Si los síntomas no mejoran después de 6 a 12 meses de un prolongado tratamiento no quirúrgico, puede que seas candidato a una cirugía para extirpar el tejido dañado. Estos procedimientos pueden realizarse a través de varias incisiones pequeñas. Los ejercicios de rehabilitación son fundamentales para la recuperación.
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