Las prótesis de cadera se infectan porque los microorganismos, las bacterias, son seres vivos. Como tales, luchan por tener su espacio y reproducirse en él. Convivimos con las bacterias. Están en el medio ambiente, en nuestro cuerpo, en la piel del paciente y del equipo quirúrgico y, por lo tanto, también en los quirófanos.
Existen bacterias ‘superespecializadas’ que están preparadas para asentarse en terrenos extraños, como es la superficie de las prótesis, un material inerte que no está irrigado por nuestra sangre y al que llegan mal nuestras defensas. Por lo tanto, tampoco un tratamiento con antibióticos, aún intravenosos, es capaz de llegar con la concentración suficiente para eliminar la infección.
En la superficie de la prótesis las bacterias crean, en unas horas, una barrera (“biofilm”) que impide que pasen los antibióticos, incluso en dosis altísimas que serían tóxicas para el riñón, la médula ósea o el hígado, por lo que se establece la infección.
Esta es la razón por la que las bacterias pueblan las prótesis con mayor facilidad que lo harían en otros espacios de nuestro cuerpo, generando una infección y este es el motivo por el que, casi siempre, hay que operar las prótesis infectadas y quitarlas, no basta con dar antibióticos.
¿QUÉ TIPOS DE INFECCIONES DE PRÓTESIS DE CADERA SE PUEDEN DAR Y QUÉ SÍNTOMAS PRESENTAN?
Las infecciones de prótesis de cadera se clasifican en función del momento en el que se ha producido la infección, respecto al momento de implantación de la prótesis.
Infección tardía de prótesis de cadera que se produce o manifiesta tras un período relativamente largo tras haber realizado la cirugía de prótesis de cadera. Suele manifestarse tras algún proceso infeccioso posterior.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA INFECCIÓN DE PRÓTESIS DE CADERA?
El diagnóstico de una infección de prótesis de cadera es complejo. No hay una única prueba diagnóstica.
Generalmente hay una serie de síntomas clínicos, que has de saber interpretar siguiendo unos algoritmos.
Desde pruebas de laboratorio (análisis clínicos), pruebas de imagen (resonancias, gammagrafías nucleares), y sobre todo los cultivos, que han de realizarse en laboratorios especializados.
A veces se requieren análisis complejos de biología molecular o ADN de bacterias.
La interpretación de todas estas pruebas se realiza mediante la coordinación de Equipos Multidisciplinares hasta llegar al diagnóstico correcto. El diagnóstico de infección ideal es aquel en que tenemos identificado al microorganismo y sabemos a qué antibióticos responde, pero no siempre es posible y a veces tenemos el diagnóstico clínico pero no el diagnóstico etiológico.
TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN DE PRÓTESIS DE CADERA
El tipo de tratamiento de la prótesis de cadera que realicemos dependerá factores como:
El microorganismo causal: Agresividad de la bacteria y respuesta a antibióticos o antifúngicos.
El estado del paciente. El estado general (enfermedades, medicación…) y el estado local de los tejidos (cicatrices previas, zonas desvitalizadas…).
El tipo de infección: aguda, subaguda o hematógena tardía. El tiempo trascurrido desde la implantación de la prótesis hasta la manifestación de la infección suele relacionarse con el tipo de microorganismo también y por lo tanto condiciona el tratamiento.
Generalmente, el superespecialista se ve obligado a retirar la prótesis de cadera porque tan solo la pauta de un ciclo de antibióticos no es suficiente. Por lo tanto, como hemos venido contando, primero se retira la prótesis y se limpian los tejidos adyacentes, se coloca una prótesis de cemento cargado con antibiótico o espaciador (este libera dosis altísimas de antibiótico en la articulación infectada, reduce la retracción de los tejidos y permite una mayor autonomía del paciente hasta la implantación de la prótesis definitiva); se pauta el ciclo de antibiótico y, cuando la infección está erradicada, se procede a la reconstrucción con la prótesis definitiva.
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