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Fractura de la meseta tibial

Fractura de meseta tibial

La fractura de meseta tibial es una fractura de hueso o rompimiento en la continuidad del hueso que ocurre en la parte próxima a la tibia o espinilla llamada meseta tibial; afectando la articulación de la rodilla, la estabilidad y el movimiento.

La meseta tibial es indispensable en el soporte del peso en el área localizada en la extremidad superior de la tibia y está compuesta de dos cóndilos cóncavos (cóndilo medial y cóndilo lateral) separados por una eminencia intercondílea y las zonas inclinadas al frente y detrás de ella.

Se puede dividir en 3 áreas: la meseta tibial medial (la parte de la meseta tibial que está más cerca del centro del cuerpo y que contiene el cóndilo medial), la meseta lateral (la parte de la meseta tibial que está más alejada del centro del cuerpo y que contiene el cóndilo lateral) y la meseta tibial central (localizada entre las mesetas lateral y medial y que contiene la eminencia intercondílea).

Signos y síntomas

Las fracturas de meseta tibial normalmente presentan derrame de rodillas, hinchazón de los tejidos blandos de la rodilla e incapacidad para soportar peso.

La rodilla puede estar deformada debido al desplazamiento y/o fragmentación de la tibia, lo que puede ocasionar la pérdida de su apariencia estructural normal. La sangre en los tejidos blandos y en la articulación de la rodilla (hemartrosis) puede ocasionar hematomas y una sensación abultada de la articulación.

Debido a la proximidad de la meseta tibial con importantes estructuras vasculares (ej. Arterias, venas) y neurológicas (ej. Nervios como el perineo y tibial), estas pueden resultar lesionadas en este tipo de fracturas. Un examen cuidadoso de los sistemas neuromusculares es imperativa. Una complicación seria de las fracturas de meseta tibial es el síndrome compartimental, durante el cual la hinchazón provoca compresión de los nervios y los vasos sanguíneos dentro de la pierna y puede llevar ultimadamente a la necrosis o muerte celular de los tejidos de la pierna.

Causas

Las fracturas de meseta tibial se pueden dividir entre fracturas de baja energía o de alta energía. Las fracturas de baja energía son comunes en mujeres mayores debido a los cambios óseos por osteoporosis y son típicamente fracturas deprimidas.

Las fracturas de alta energía son comunes en los accidentes de vehículos motorizados, caídas y lesiones relacionadas con los deportes. Estas son las causas más comunes de fracturas de la meseta tibial en individuos jóvenes.

Mecanismo

Las fracturas de la meseta tibial son causadas por una fuerza varo (angulación hacia adentro) o valgo (angulación hacia afuera) combinada con una carga axial o peso soportado en la rodilla. La clásica situación en la que se describe es cuando un carro golpea a la rodilla fija de peatón.

Aun así, la mayoría de este tipo de fracturas ocurren en vehículos de motor o caídas. La lesión puede ser debido a una caída desde una altura en la que la rodilla es forzada a un varo o valgo. El cóndilo tibial es aplastado o partido por el cóndilo femoral opuesto, el cual permanece intacto.

La anatomía de la rodilla provee una manera de predecir porque ciertos tipos de fracturas ocurren más a menudo que otras. La meseta medial es más grande y significativamente más fuerte que la meseta lateral. De igual manera, hay un valgo natural o angulación hacia fuera que se alinea con la extremidad, la cual junto con el valgo de la fuerza del impacto termina por lesionar la meseta lateral. Esto explica cómo el 60% de las fracturas de meseta involucran a la meseta lateral, 15% a la meseta medial y 25% lesiones bicondileas. Rompimientos parciales o totales de ligamentos ocurren en un 15-45%, lesiones de menisco en un 5-37% de todas las fracturas de meseta tibial.

Diagnóstico

En todas las lesiones a la meseta tibial es imperativo efectuar radiografías (generalmente llamados rayos X).

Las tomografías computarizadas no son siempre necesarias pero algunas veces son indispensables para evaluar el grado de fractura y determinar un plan de tratamiento que no sería posible con simples radiografías. Las imágenes de resonancia magnética son la modalidad de diagnóstico preferidas cuando se sospechan fracturas de menisco, ligamentos y/o tejidos. La angiografía-TC debe ser considerada si existe una alteración de los pulsos distales o cuando exista preocupación de una lesión arterial.

 

Tratamiento

 

La mayoria de las fracturas de la meseta tibial es con cirugia, aunque en ocasiones se presentan pacientes copn una pequeña fractura que solo amerita inmovilizar la articulacion de la rodilla por 6 semanas

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