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La Espondilitis Anquilosante

 

La espondilitis anquilosante es una forma de inflamación de las articulaciones que afecta de forma primaria a la columna vertebral, hombros, caderas y rodillas.

Como resultado final se produce una pérdida de flexibilidad de la columna pudiendo quedar rígida y fusionada.

Las articulaciones sacroilíacas son unas estructuras muy importantes en la espondilitis anquilosante, puesto que suelen ser las primeras que se inflaman. Desde éstas, la inflamación puede extenderse a otras articulaciones existentes entre las vértebras

La espondilitis anquilosante no es una enfermedad infrecuente. Aparece en personas jóvenes, especialmente en varones entre 20 y 30 años. Sin embargo, algunos casos pueden comenzar ya en la infancia o en la adolescencia, y afectar a las mujeres, aunque en éstas la enfermedad suele ser más leve y muchas veces es más difícil de diagnosticar.

Signos que pueden indicar el padecimiento de espondilitis anquilosante:

1- Comienzo del dolor antes de los 35 años.
2- Rigidez de la columna por la mañana, al levantarse de la cama.
3- Mejoría de los síntomas con la actividad.
4- Comienzo subagudo o mal definido.

5- Duración de los síntomas mayor de 3 meses.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA ESTA ENFERMEDAD?

Como en el resto de enfermedades, el diagnóstico se basa en los síntomas referidos por el paciente y en los signos exploratorios que objetiva el médico, en este caso el reumatólogo. Es muy importante que la persona afectada de espondilitis anquilosante relate de forma pormenorizada la forma de presentación y las características del dolor lumbar. De esta manera se podrá realizar un diagnostico muy aproximado de la lumbalgia, precisando el origen inflamatorio de sus síntomas.

El diagnostico se confirmará mediante radiografías de la columna vertebral y la pelvis. En éstas es pretende verificar la existencia de alteraciones en las articulaciones sacroiliacas y vertebrales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los cambios en las radiografías se presentan de forma más tardía que las manifestaciones clínicas.

La presencia del “antígeno HLA B-27 “ sirve como ayuda para corroborar el diagnóstico. Los análisis, especialmente de sangre son un pilar más para el diagnóstico y seguimiento del fenómeno inflamatorio.

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?

Existen una serie de medicamentos y técnicas de rehabilitación que alivian los síntomas dolorosos y permiten una buena movilidad, evitando una evolución desfavorable de la enfermedad. Los medicamentos antiinflamatorios (AINE) consiguen disminuir e incluso suprimir la inflamación articular, aliviando de esta forma el dolor y permitiendo un adecuado reposo nocturno

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