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Artrosis de cadera (Coxartrosis)
Artrosis de cadera (Coxartrosis)
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Consiste en la pérdida del cartílago articular, la formación de osteofitos y la deformación de la articulación afectada. Existen factores desencadenantes, como un traumatismo importante, y factores que aceleran la progresión de la artrosis, como la inestabilidad o la sobrecarga mecánica de la articulación. También existe una predisposición genética a padecer la enfermedad. La artrosis es habitual en articulaciones como la rodilla, la cadera, las articulaciones de las manos y la columna vertebral.
Una vez empieza el proceso degenerativo de una articulación es difícil de frenar, por eso a medida que se envejece la proporción de pacientes con artrosis aumenta. La artrosis también puede presentarse en pacientes jóvenes que han sufrido accidentes previos, intervenciones quirúrgicas o que presentan afectación secundaria a una enfermedad reumática.
La artrosis de cadera es frecuente. Puede ser primaria o secundaria a diversas patologías. Entre las más frecuentes están la luxación traumática de la cadera, la necrosis avascular de la cabeza del fémur, las epifisiolisis de la cabeza del fémur, la enfermedad de Perthes o la displasia del desarrollo de la cadera.
La artrosis de cadera se caracteriza por el dolor en relación con la actividad, sobre todo en la región inguinal, y la disminución de la movilidad de la misma. Además pueden existir crujidos y pérdida de fuerza en la pierna. Si es avanzada es habitual la cojera.
En los primeros estadios es bien tolerada. Sin embargo es en esta fase en la que las medidas conservadoras pueden ralentizar la progresión de la artrosis. Los consejos pasan inevitablemente por la modificación de la actividad. Se desaconsejan deportes de contacto, carrera, salto y giro. El ejercicio en piscina, la musculación y la bicicleta son muy recomendables para mantener la movilidad y la fuerza. Además se debe intentar evitar el sobrepeso.
Recomendamos también suplementos nutricionales de nutrientes del cartílago como la glucosamina o el condroitín sulfato. Existen estudios que demuestran una progresión más lenta de la enfermedad si se toman. Recientemente se ha descubierto otra medicina que puede actuar disminuyendo la pérdida de cartílago es la diacereína.
La viscosuplementación consiste en realizar infiltraciones con ácido hialurónico que actúan mejorando el «ambiente» de la articulación, actuando como un líquido sinovial artificial que nutre el cartílago y mejora el deslizamiento de las superficies. La cadera es una articulación rodeada de potentes músculos y poco accesible a la palpación, por ello las infiltraciones las solemos realizar bajo control de rayos X.
La terapia con factores de crecimiento derivados de las plaquetas o células madre podría ofrecer una mejora parcial y temporal de los síntomas, pero nunca una curación de la enfermedad.
Cuando la artrosis es avanzada, la deformidad severa, el dolor importante y el paciente no puede realizar una vida normal, es el momento de plantear la intervención quirúrgica.
En pacientes jóvenes en los que la artrosis es inicial, existen factores favorecedores como el choque femoroacetabular, roturas del labrum o lesiones del cartílago articular, el tratamiento adecuado puede llevarse por medio de artroscopia de la cadera. Está como en otras articulaciones se realiza a través de pequeñas incisiones llamadas portales, a través de los cuales se introduce la cámara o artroscopio, y los instrumentos para operar. Es necesario realizarla bajo anestesia raquídea y con tracción de la extremidad inferior que se opera.
Si la artrosis es más importante pero el paciente es joven, y cumple unos requisitos, poca deformidad, buen estado del cuello y la cabeza del fémur, y no es mujer en edad fértil (las partículas metálicas que podrían derivarse del implante no lo aconsejan), la protesis de recubrimiento o resurfacing es una opción en la que se reseca menos hueso y se obtienen buenos resultados en dichos casos bien indicados.
En la mayoría de los pacientes con artrosis severa y generalizada de la cadera la solución es la implantación de una prótesis total. Las prótesis de cadera habitualmente constan de un componente femoral, llamado vástago, una cabeza en su extremo, y un componente acetabular o cotilo en la pelvis. El polietileno es una pieza de un plástico especializado que se situa entre el cotilo y la cabeza. Lo que ha evolucionado enormemente en los últimos años es el diseño de las prótesis y los materiales con los que se fabrican. Además de las aleaciones metálicas de cromo-cobalto, existen prótesis de titanio, y cabeza femorales de cerámica. Dependiendo del caso y de la preferencia del cirujano, se escogen vástagos modulares o no, cementados o no, más largos o más cortos, etc… Además se puede elegir el tamaño y material de las cabezas.
Los resultados son muy buenos en la gran mayoría de los pacientes. El dolor y la función mejoran significativamente de forma casi inmediata. El paciente permanece en el hospital aproximadamente una semana. En ocasiones es necesario realizar transfusión sanguínea por el sangrado de la operación. Las muletas se retiran aproximadamente en un mes.
Aún así el reto es conseguir mejores diseños que favorezcan una mayor duración de la prótesis y que puedan ser revisados en el futuro en caso de desgaste o aflojamiento de algún componente. El desarrollo de los instrumentales ayuda a una mejor técnica quirúrgica para optimizar igualmente los resultados.
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