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CONTRACTURA CERVICAL
CONTRACTURA CERVICAL
La contractura cervical se define como el dolor que se presenta cuando hay una flexión, inclinación y extensión. ¿Rigidez en el cuello? El cuello es una zona muy delicada debido a los sistemas ligamentarios, musculares y facetarios que participan para moverse y mantener firme la cabeza.
Los músculos van desde la cabeza y la columna cervical hasta la clavícula, el tórax y otras estructuras, formando un total de 20 pares de músculos que permiten el movimiento. Cuando se produce una contractura cervical se comprimen los vasos que aportan sangre al músculo y el esguince empeora.
Por lo general, los músculos más afectados son el trapecio y el elevador de la escápula. Habitualmente el afectado presenta dolor y dificultad para girar el cuello hacia un lado. En realidad, esta condición es muy frecuente. En ocasiones también hay dolor de cabeza, hombros e inclusive brazos.
Sin embargo, la contractura cervical no se considera una enfermedad, es solamente un síntoma de que algo no anda bien.
No es tan difícil determinar que hay contractura cervical, ya que el dolor es continuo en la zona. En algunas situaciones es prolongado y en otras se presenta de manera esporádica. Estos son los síntomas principales:
- Inflamación.
- Punzadas intensas.
- Sensación de hormigueo.
- Presencia de calor en el área.
- Dolor en el músculo.
- Para mover el cuello, requiere mover el tronco.
Causas
- Una sobrecarga de trabajo.
- El uso repetitivo de los músculos.
- Posturas forzadas donde se utilice el cuello por períodos largos.
- Exposición a situaciones estresantes.
- Debilidad en los músculos.
¿Cómo tratarla?
Por lo general, en el tratamiento se indica tomar antiinflamatorios orales y aplicar hielo o compresas de agua fría en la zona afectada por períodos cortos. Esto con el fin de reducir la hinchazón y el dolor. En casos más severos, es necesaria la rehabilitación por medio de fisioterapia.
Si nada de lo anterior funciona, se recomienda la aplicación de inyecciones con corticoides en el área dolorosa. Solamente en casos crónicos es válida la cirugía. Entre tanto, si la molestia es leve, puedes seguir los siguientes ejercicios de calentamiento que te harán relajar los músculos. Recuerda que es solamente una sugerencia y lo mejor es preguntar al médico antes de efectuarlos.
- Deja de realizar cualquier actividad física durante 3 días.
- Da masajes suaves para generar calor y acelerar el flujo en la sangre.
- Mantén una alimentación rica en nutrientes para sanar más rápido.
Prueba los siguientes automasajes y estiramientos que puedes hacer desde casa sin miedo a agravar la lesión. Antes que nada debes mantener la respiración y la postura recta. Cabe mencionar que es posible experimentar un leve dolor pero nunca intenso, de ser así suspende el ejercicio.
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